De Alaska al Caribe, un viaje de aves migratorias

Por: Lina María Cano

Imagine que es un ave. Imagine que tiene la libertad para decidir tener un pico largo e intimidante, o uno corto y recatado; ser un ave alta y esbelta,o baja y robusta; de colores vistosos, o más bien lúgubres. Ahora, imagine que vive en Alaska, Canadá, o en el Norte de los Estados Unidos, y que con el final del otoño y la llegada del invierno, empieza a sentirlas temperaturas que bajan, los días que se acortan, la escasez de comida, la desnudez de los árboles, y en general, como todo luce más gris.

¿El momento perfecto para un viaje al Caribe suramericano? Por supuesto, pero recuerde que es un ave, su travesía carece de maletas, visas o pasaportes, filas en aeropuertos y oficinas de inmigración; así que debe prepararse. La inquietud de migrar le hace dormir poco en la noche, y durante el día empieza a comer en exceso para acumular grasa en sus músculos pectorales, el dorso, las axilas, el abdomen, y básicamente todo su cuerpo, poco estético, sí, pero es el combustible que necesita para realizar su largo viaje al edén.

Volará durante horas seguidas atravesando el Atlántico sin descanso, ni relevos, se guiará por la posición del sol y las corrientes de viento, como sustento tendrá solo la energía de su cuerpo que le permitirá viajar de norte a sur. Recorrerá unos diez mil kilómetros de distancia en un solo trayecto cada año. Si usted alcanza en promedio su aniversario número 15, habrá hecho este viaje quince veces, y recorrido aproximadamente 360.000 kilómetros, casi la distancia que separa a la luna de la tierra,que es 384.400 kilómetros.

Aterricemos. Semejante proeza alcanzada por animales tan diminutos, con tal determinación merece apenas un reconocimiento. Que los mangles de las Ciénagas de la Virgen y Juan Polo en Cartagena sean el sitio de hospedaje elegido por ellos para su descanso, toda una celebración. Es por esto que la Fundación Ecoprogreso y la Corporación Ambiental Afrodescendiente de La Boquilla (CORPAMBO), con el apoyo de la Universidad Tecnológica de Bolívar, organizan la segunda versión del Festival de Aves Migratorias del Caribe Colombiano que se llevará a cabo entre octubre y noviembre.

Las migraciones son unos de los fenómenos más misteriosos e interesantes del reino animal. Desde octubre hasta abril las aves comienzan a llegar teniendo a Brasil y Bolivia como destino final, incluso algunas arriban a países australes, como Chile o Argentina. "De las cerca de 1898 especies de aves con las que cuenta Colombia y que nos permiten ostentar el título del país más biodiverso en aves del mundo, aproximadamente 275 son migratorias, y de estas 154 aproximadamente vienen del hemisferio norte", explica Juan Felipe Restrepo, biólogo marino y miembro de la mesa del Festival.

Yanira Cifuentes, miembro de la Asociación para el Estudio y Conservación de las Aves Acuáticas en Colombia (Calidris), menciona en el portal de la organización como las ciénagas en Cartagena son de los humedales más importantes para la biodiversidad del Caribe colombiano, pues albergan múltiples especies acuáticas, y migratorias neotropicales, entre las que sobresalen el Págalo parasítico (Stercorarios parasitico), la aguja canela (Limosa fedoa), y el zarapito (Numenius phaeopus) insignias del festival.

Un evento natural con tal magnitud de visitantes, debería tener espectadores conscientes de la importancia del manglar, que lo resguarden y protejan. Este es el principal objetivo del festival, de acuerdo con Viviana Mourra, directora de Ecoprogreso. "La idea es que la gente conozca el valor de los manglares como hábitat para estas especies, y motivar así su cuidado y uso sostenible; que se motiven a conocer el tesoro que es la Ciénaga", dice.
Menos hondas, más aleteo

La Boquilla es un poblado de pescadores a pocos minutos de Cartagena, y allí donde no existen antiguas fortificaciones españolas que los protejan, la naturaleza los proveyó de una sin igual: 750 hectáreas de Mangle Rojo, Blanco o Bobo, Negro, y Botón o Zaragoza. En sus "laberintos", las aves migratorias y locales se dan grandes banquetes, se permite la reproducción de peces y crustáceos,y se favorece la protección costera contra la erosión.

El cambio climático, la contaminación de la Ciénega y la sedimentación a causa de invasiones son algunas de las problemáticas que lo afectan, sin embargo existe una práctica que impacta de igual forma el equilibrio natural de este escenario: la caza de pájaros con hondas tradicionales. ¿Cómo lograr la renuncia a una actividad que resulta recreacional para niños y adolescentes en un ambiente con limitadas opciones de esparcimiento y juego? A través del amor, responde Juan Restrepo. "El Festival de las aves es una tradición que existe desde Alaska y Canadá hasta Tierra del Fuego y que nos hermana en torno a una causa común: estos ilustres viajeros que cruzan nuestras fronteras recordándonos que para la naturaleza somos un solo planeta. Es una excelente excusa para divulgar el cuidado y el amor por la naturaleza", dice.

Es por esto que el presente año la primera actividad que se realizará será una marcha para la recolección de hondas en los muelles de ecoturismo de La Boquilla, que se llevará a cabo el 16 de octubre. Ahí tendrá lugar un acto simbólico en medio de actividades lúdicas, donde a cambio de las hondas, los niños recibirán una distinción que los identifica como Guardianes de las Aves. 

TAMBIÉN DISPONIBLE EN:

https://www.eluniversal.com.co/especiales/dilo-cartagena/noticias/de-alaska-al-caribe-un-viaje-de-aves-migratorias-202

https://latinclima.org/articulos/de-alaska-al-caribe-el-increible-viaje-de-las-aves-migratorias

https://www.plan4c.com/noticia.php?id=52

https://www.ecohuellas.org/?p=3229



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