Desde la Ventana

Sin cintillo de fiesta ni orquesta de celebración, el confinamiento recuerda hoy el daño que hemos hecho cuando nos han dejado sueltos.

Los pies crecen, aunque se achican los pasos... es el tránsito de la presión del cuero a la libertad de los dedos que se expanden.

Carta abierta como un abrecaminos, una tregua, para conversar con calma entre los rumbos que circulan por las vértebras.

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