Manos al agua y aletas a la obra

31.10.2024
Cuatro países, entre ellos Colombia, anunciaron que trabajan en la creación de una reserva marina transfronteriza, que será la reserva marina más grande del mundo.
Cuatro países, entre ellos Colombia, anunciaron que trabajan en la creación de una reserva marina transfronteriza, que será la reserva marina más grande del mundo.

Aunque 114 kilómetros separan la ciudad de Cali de Buenaventura, la urbe costera más próxima a la ciudad, las casi tres horas que demora el camino entre ambas parecen más cortos en estos días, pues los mares están en centro de la conversación en la cumbre mundial de biodiversidad que se realiza por estos días en la capital del Valle de Cauca.

Cerca del final de la cumbre, cuatro países, entre ellos Colombia, anunciaron que están avanzado en la creación de una reserva de la biosfera multinacional marina, que, una vez establecida, será la reserva marina más grande del mundo. Ecuador, Panamá y Costa Rica hacen parte de la iniciativa y se espera sumar más países. Ya México y Perú mostraron interés.

La reserva conectará áreas protegidas de la biodiversidad uniendo sitios patrimonio de la humanidad declarados por Unesco, como las islas Malpelo en Colombia y Galápagos en Ecuador, y estableciendo corredores para especies migratorias.

"Este es un ejemplo de diplomacia científica, liderazgo global y modelo de gobernanza transfronteriza que combina tecnología, ciencia y conocimientos locales", dijo Flavia Schlegel, directora adjunta de las ciencias naturales y exactas de la Unesco, en el evento de socialización del proyecto. Enfatizó en que este esfuerzo transfronterizo permitirá la protección integral de ecosistemas y especies migratorias, dándole escala a las actividades económicas de las comunidades para que sean sostenibles y rentables.

En esta idea se viene trabajando desde 2021 cuando los países firmaron un compromiso de trabajo conjunto en Glasgow durante la cumbre de cambio climático.

En este momento un grupo científico consultor está sistematizando la información y buscando la mejor estrategia para manejar esto transnacionalmente, pues se requiere armonizar las políticas de conservación de los países para trabajar en conjunto. Además, están levantando la información para entender las características de las zonas que constituyen reservas de biosfera. A partir del próximo año esperan empezar expedientes para formalizar la iniciativa.

"Los lugares transfronterizos son más fuertes porque permiten aprender juntos". dijo Schlegel. 

Para ella, este esfuerzo de diplomacia ambiental demuestra que "cuando hay un propósito común se puede hacer una armonización de política pública y compartir información y recursos".

En defensa de los tiburones

Pero esta no es la única iniciativa marina de la que se ha hablado en la COP.

Las comunidades pesqueras llegaron a las discusiones a contar cómo protegen los recursos de los cuales viven y de la necesidad de recibir apoyo para seguirlo haciendo.

Sandra Gómez, lideresa Piangüera (cuidadora de la piangua) de Buenaventura hizo un llamado para que al tiempo que se cuida la naturaleza se proteja a la gente, de manera que, en vez de prohibir el uso de los recursos, se brinde a las personas capacitación y tecnología para que puedan provechar sosteniblemente la naturaleza que les da la vida, uniendo los conocimientos de la ciencia con los conocimientos tradicionales de las comunidades.

Ella y las mujeres de su comunidad, a la vez que cuidan el manglar, están desarrollando un emprendimiento para aprovechar la pesca incidental (aquella que cae en las redes mientras se pesca otra especie). "Nos estamos capacitando para transformar cascaras de cangrejo y la pesca incidental en harina de pescado y otros productos", cuenta, a la vez que destaca la importancia de que les permitan aprovechar ese recurso para beneficio de las comunidades, un tema que ha despertado polémica en el país, pues entre la pesca incidental está el tiburón. La discusión está abierta, pues en Colombia, al menos 16 de las 76 especies de tiburones que hay en el país se encuentran en algún grado de amenaza, según el Libro Rojo de Peces Marinos publicado en el año 2017.

Aunque en Colombia la pesca de tiburón está prohibida, persisten desafíos para conservar la especie. Además de atacar el comercio ilegal, la regulación de la pesca incidental ha requerido un diálogo largo entre gobierno, academia y comunidades de pescadores que han tenido un vínculo histórico con la especie. Hoy se está trabajando en la implementación del marco regulatorio sobre la pesca incidental que se concertó con las comunidades. También se está trabajando en capacitación para monitoreo, vigilancia, y para la sustitución de artes de pesca, gracias a la ayuda de la cooperación internacional. El proyecto se desarrolla de la mano del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar).

En ese proceso, durante la COP16 el país está intercambiando información con otras naciones que están trabajando en la misma dirección, como las islas Maldivas que se ha convertido en un caso emblemático en el mundo en conservación de tiburones gracias a que logró que la gente cambiara la pesca por los beneficios de turismo. Tras un esfuerzo regulatorio que inició en 1995, en Maldivas lograron proteger al tiburón garantizando beneficios económicos para la población.

"Las pesquerías de tiburones se convirtieron en empresas de buceo turístico pues el tiburón es la especie más importante de Maldivas", dice SIham Atho Mohamed, oriunda de Maldivas y oficial senior de conservación y punto focal de la Convención de Diversidad Biológica. "Los tiburones son la especie más importante en las Maldivas", comentó.

El cuidado de los tiburones ha permitido conservar también otras especies como grandes tortugas, ballenas y otras especies que son importantes para la conservación del coral.

El asunto de la conservación, sin embargo, no está resuelto ahí, pues tienen problemas con la polución y el manejo de basuras. Además, aún están trabajando en las maneras de fortalecer los planes de manejo para proteger 20% de su océano.

Panamá también está haciendo esfuerzos por proteger los tiburones pero ahí la estigmatización que tiene la especie, como un animal peligroso, ha impedido prohibir la pesca, bajo el argumento de que puede convertirse en una peligrosa plaga. Solo el aleteo (quitar las aletas y abandonar al animal vivo) está prohibido. Ahí se estima que existen unas 40 especies de tiburones y 33 de rayas. Por ahora, lo que se ha podido lograr es incluir la mayoría de las especies en Cites para regular su comercialización.

90% de las especies de tiburón están en cites lo cual permite una comercialización controlada para no afectar a la especie en su hábitat silvestre. Sin embargo, la ilegalidad sigue siendo un problema. Un estudio de The Ocean Research Foundation demostró que cuando en el país se sirve ceviche de corvina, lo que en realidad se encuentra en el plato es 90% tiburón.

De manera que los retos continúan, pero que la mirada de la ciencia, de los saberes tradicionales y de las políticas públicas esté puesta en las especies que habitan en los mares y en quienes dependen de ellas para subsistir, abre ya una esperanza. 

Texto y foto: María Clara Valencia. Cali, Colombia. 


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